Leila rompe lentamente los trozos de ropa que aún cubren el cuerpo de Tatum después de un rato y ve aún más cicatrices esparcidas también alrededor de su pecho y abdomen.
Le duele el corazón por él y pasa lentamente las manos por las heridas, algunas de las cuales aún no han cicatrizado del todo.
Lo mira y él le sonríe débilmente.
"No es nada", dice con voz tranquila, contándole la historia de todo lo que había sufrido a manos de Trent, todo en nombre del entrenamiento.
Con cada detalle que cuenta, el miedo y la preocupación de Leila por él siguen creciendo, su corazón palpita ligeramente y las lágrimas caen por sus ojos.
¿Cómo es que sigue aquí cuando tiene que luchar contra tantos lobos en un día, mientras lo envenenan con acónito y lo torturan con plata?
Sabe que Tatum es fuerte, pero escuchar el calvario por el que tiene que pasar todos los días y ver cómo derribó a ocho guardias reales en pocos minutos le dice lo fuerte que debe ser realmente.
Por mucho que quiera sentir or