"¡Mi hija!".
El sonido del grito del líder de los guerreros mientras corre hacia la escena devuelve a Leila a la cruda realidad de lo que Amara acaba de hacer.
No es solo que haya usado sus poderes en público, rompiendo una regla que le había sido dada, sino que además los ha usado para herir a alguien.
Athena voló metros en el aire, si algo le pasa, Amara podría estar en verdaderos problemas.
"¡No está respirando! ¡Ayuda, que alguien haga algo!", grita el líder de los guerreros, aferrando a Athena contra su pecho, sangre saliendo por la cabeza de la niña inerte.
Leila corre hacia ellos temiendo lo peor. Ignora a Amara, que permanece de pie con expresión vacía, mirando fijamente a Athena y a su padre, e intenta acercarse a Athena, pero el líder guerrero la aparta de un empujón.
"No toques a mi hija, tu hija hizo esto, es malvada", escupe el hombre con veneno, lanzando una mirada helada a Amara.
"¿Por qué?". Leila se gira inmediatamente hacia Amara, reprimiendo las amargas palabr