“¿Qué es esto?”. Antonio miró con desdén un sobre que un omega dejó en el taburete junto a él, donde estaba sentado con Carmela sobre sus piernas.
“Lo trajo el Beta de Alfa Tatum”, dijo el omega con una reverencia, hablando con cautela.
Carmela miró fijamente el sobre, intentando contener el corazón, pero se le encogió el corazón al saber perfectamente lo que contenía.
Se acomodó en la pierna de Antonio, cogió el sobre, lo abrió y lo hojeó antes de devolverlo distraídamente.
“La manada quiere organizarnos una fiesta de compromiso. Como el rey Licántropo encontró a su pareja en esta manada, lo consideran un honor y les encantaría hacerlo por nosotros”, dijo ella mientras observaba atentamente a Antonio.
“¿Fiesta de compromiso? ¿Un día después de que Tatum viniera? ¿Qué te dijo en el jardín? Sé de tu pequeño encuentro íntimo”, dijo Antonio con voz fría y con sospecha mientras entrecerraba ligeramente los ojos.
“No me digas que el Todopoderoso Rey Licántropo está celoso de un alfa c