Leila rodea la garganta de Carmela con la otra mano y aprieta con fuerza.
"¿Sientes eso, mis garras rozando tu corazón, el aire siendo cortado de tus pulmones?", pregunta, su voz mezclada con la de su lobo, fría como el hielo, su aura ardiendo a su alrededor, sofocante y poderosa.
Carmela asiente suavemente, con miedo y lágrimas en los ojos.
"Bien", responde Leila, sintiendo el corazón de Carmela palpitar de miedo entre sus manos. "Recuerda esta sensación, porque si descubro que tienes algo que ver con la maldición de mi hijo, esta es la última sensación que vas a tener antes de que te mate".
"No sé de qué hablas", Carmela gruñe de dolor. "Solo preguntaba por su bienestar, es una niña dulce".
Leila hunde su mano más profundamente, cortando el corazón de Carmela y Carmela grita de dolor, lágrimas calientes fluyen por sus ojos.
"Y si alguna vez vuelvo a verte cerca de mi casa... será mejor que no te vea", gruñe Leila, retirando sus garras y sacando la mano del pecho de Carmela, lim