“¿Juras solemnemente, Liana Rogers, que el testimonio que darás ante esta corte será la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad bajo el ojo que todo lo ve de la diosa?”, le preguntó Kelvin a Liana con la mano derecha levantada mientras estaba de pie junto al estrado.
Era el día de la segunda audiencia y Justin la había llamado al estrado para que demostrara que, efectivamente, ella estuvo en la escena del asesinato de Henry y fue la primera en descubrirlo.
“Lo juro solemnemente”, respondió Liana.
Kelvin asintió y ambos tomaron asiento antes de que Justin se acercara.
“Acabas de dar un juramento ante todos aquí presentes en nombre de la diosa y espero que puedas hacer honor a ese juramento”, dijo él. “Cuéntanos, según tú, ¿qué ocurrió aquel día?”.
Liana miró a Leila, que le dedicó un asentimiento tranquilizador a pesar de que el propio corazón de Leila palpitaba con un miedo nervioso.
Kelvin había preparado a Liana para esto. Le había dicho cómo responder a las preguntas,