SOPHIE
Fiel a su palabra, Justin tomó la cama.
Me encontró una manta delgada junto con algunas almohadas y prácticamente me las arrojó.
—Si roncas, te echo fuera —me amenazó antes de desplomarse en su cama de aspecto suave y, debo añadir, tamaño King. Esa cama podría acomodar fácilmente a tres personas, pero él era tan mezquino y claramente le importaba poco ser un caballero.
No sé por qué esperaba un mínimo de decencia de él. Este era el mismo hombre que se emocionaba con la idea de que yo ladrara como un perro. Sin mencionar cómo me hizo comprar y usar el tipo de vestido y zapatos que normalmente no usaría solo para utilizarme y molestar a su padre.
—Psicópata —murmuré en voz baja. No era de extrañar que su padre lo odiara.
—Te escuché —su espalda estaba vuelta hacia mí y estaba jugando con su teléfono. Continué insultándolo en silencio, quejándome mientras me acostaba en el frío suelo junto a su cama. Mi vestido era malditamente incómodo. Quería quitármelo con desesperación, pero no