capitulo 43
Me despierto al sentir unas leves caricias en mi mejilla. Cuando abro los ojos, veo a Santiago sentado a mi lado, mirándome fijamente.

—Lo siento —dice él, con cara de arrepentimiento—. Cuando supe lo de Julián, me asusté mucho. Solo quiero cuidarte, mía.

—Lo sé, amor. Por eso también debo pedir disculpas. Yo tampoco debí decirle a Lucy que nos fuéramos a tomar unos tragos, sabiendo la situación en la que estamos.

—Ya está, mi amor. No discutamos más —me atrae a su pecho y besa mis labios con ternura.

—¿Y Aurora?

—Estaba abajo con Nana, así que báñate porque debemos ir a la empresa. —Lo miro por unos segundos, algo sorprendida.

—¿Volverás?

—Claro, ya es hora de salir de la cueva. —Me tiro encima de él, cayendo los dos en la cama mientras le doy muchos besos en toda la cara.

—Te amo... te amo. —Él se ríe de una manera tan juvenil que suena como música para mis oídos.

—Yo más, cariño. —Entro al baño y, en menos de media hora, ya estoy cambiada y peinada.

—Vaya, estás preciosa. —Santiago
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