Andrés se quedó pensativo, sin saber qué hacer. Se pasó una mano por la cabeza, frustrado, mientras murmuraba para sí mismo:
"¿Qué me está pasando con Sandra?"
Sacudió la cabeza, tratando de aclarar sus pensamientos. "Debe ser por lo de nuestra hija… por eso estoy actuando así."
Suspiró y finalmente entró al hospital. Al llegar a la sala de espera, vio a sus padres, Óscar y Emma, conversando con sus tíos y con Alejandro.
Óscar lo miró con atención y preguntó:
—¿Estás bien, hijo? Te veo pensativo.
Andrés disimuló su inquietud y respondió con calma:
—Estoy bien, papá.
Alejandro lo observó por un momento, pero no dijo nada. Luego, se puso de pie y se despidió del grupo:
—Cualquier cosa, me avisan.
—Claro que sí, sobrino, no te preocupes —respondió Óscar. Luego, hizo una pausa y miró a Alejandro con seriedad antes de añadir:
—Y quiero disculparme por lo que te dije hace un rato.
Alejandro lo miró por un instante y luego respondió con tranquilidad:
—No te preocupes, tío.
Óscar asintió con