Capítulo 130: Un gesto de cuidado
Adrien abrió la puerta y recibió la comida con una leve sonrisa. Agradeció al repartidor y cerró, dirigiéndose a la cocina. Con cuidado, buscó una bandeja y acomodó la comida en ella, asegurándose de que todo estuviera bien dispuesto antes de regresar a la habitación.
Al entrar, vio a Camila incorporándose en la cama, con una expresión de agotamiento, pero también de gratitud. Sus ojos brillaban con un destello de sorpresa al ver la bandeja en las manos de Adrien.
—Espero que te guste lo que encargué —dijo él con una sonrisa, acercándose a la cama.
Camila miró la comida y sintió su estómago rugir. Se veía deliciosa. Sonrió levemente y levantó la vista hacia Adrien.
—Se ve rico. Gracias. No sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí —murmuró con sinceridad.
Adrien la observó con ternura y negó con la cabeza.
—No tienes que agradecerme nada. Todo lo hago porque me gustas —confesó con suavidad—, y no quiero que me veas como si me estuviera aprovechando