- ¡Muévete inútil!.
Sintió como dos palmas ejercían fuerza en su espalda y la lanzaban directamente al suelo.
Su cuerpo impactó de lleno en el asfalto y mientras veía la sangre brotar tanto de las viejas heridas que acababan de abrirse, cómo de las nuevas que se acababan de unir para torturarla más, escuchaba las risas a sus espaldas.
- ¡Vaya!, Al parecer la princesa es una débil que no sabe cómo mantenerse en pie.
La mujer en el suelo no contestó, simplemente se puso en pie en silencio, mientras apretaba aquella carta contra su pecho, tragandose la humillación por milésima vez.
- ¿Acaso te comió la lengua el gato?.- Un fuerte tirón en su cabello enmarañado la hizo soltar un jadeo de dolor.- ¡Responde!.
Apretó los dientes al sentir como zarandeaban su cabeza de un lado a otro, más siguió guardando silencio.
- Dejala Artemisa, no vale la pena.- Una mujer se acercó a ella.
La mencionada la soltó de golpe y todo rastro de burla desapareció de su rostro.- Cómo tu digas Hera.- Murmuró, ant