- Aquí tiene ya su alta firmada señora.- El médico extendió una hoja de papel hacia la mujer.- No olvide tomar sus vitaminas como se lo indiqué, y tampoco olvide venir para su chequeo prenatal.
- Gracias doctor.- La mujer respondió en un susurro bajo.
- También debe guardar reposo, eso más que una recomendación, es una obligación de vuestra parte.
- Lo tomaré en cuenta.
- Bien. Qué tenga un bonito día.- El hombre le sonrió, antes de darse la vuelta y marcharse.
Mariana miró la hoja en su mano y las ganas de llorar no se hicieron esperar.
Había trabajado tan duro para alcanzar cada una de sus metas... Y lo había perdido todo en cuestión de minutos por haberle entregado su corazón a la persona equivocada.
- Pero esto no se quedará así Fernando... ¡Os juro que no se quedará así!.
Tomó sus cosas y abandonó aquel lugar con pasos pesados, sintiendo en sus hombros una carga que no quería llevar, pero que tampoco podía desechar.
Apenas salió del hospital, paró un taxi y le dió la dirección de