Aura bajó los brazos que por inercia puso sobre su rostro, cubriendolo, esperando el golpe que nunca llegó.
 Cuando sus ojos se abrieron, miró a Casandra, quien se interponia entre ella y Caliope, mientras Alexein sostenía la mano de la última, evitando que le regresara el golpe a la pelirroja.
   -¡¿Cómo te atreves sirvientucho de cuarta a tocarme?!- El grito de Caliope resonó por todo el lugar, exponiendo su furia y rompiendo el tenso silencio que se había formado.
 Aura retrocedió un paso y otro... Hasta que su espalda chocó contra el pecho de Enzio, quien la sostuvo al verla trastrabillar, sin dar crédito a lo que escuchaba.
 - ¡De la misma forma que usted se atrevió a levantarle la mano a Casandra y a Aura.!-  Alexein respondió con los dientes apretados por la furia, mientras la fulminaba con la mirada.
   - ¿Y como es posible que una simple niñera de cuarta y una bastarda, valga más que yo, la madre de la señora?.- La mujer respondió con arrogancia y prepotencia, soltandose del