–¿Responderle a quién? –preguntó Adeline cuando Anna gruñó
Con un quejido, Anna cerró la puerta y se dirigió a sus amigas para mostrarles la pantalla de su teléfono, al verla, ambas chicas sonrieron encantadas.
Gael le había enviado a Dante la foto que había tomado de ella sola en el sillón, y la respuesta del joven, no se había hecho esperar.
Dante:
» Luces realmente preciosa, pequeña alfa. «
–¿Qué esperas para responder? –preguntó Adeline
–¿Y qué le digo? –preguntó Anna, cuyos dedos temblaban
–Espera, espera, está escribiendo –intervino Elizabeth
Dante:
» Sabía que la pulsera luciría perfecta con tu vestido.
No olvides pedirle a mi madre mi otro regalo, te apuesto que harán un buen conjunto. «
–Iré a preguntarle a mamá –dijo Elizabeth, quien se apresuró a salir de la habitación
–Bueno, ¿qué esperas? ¡Responde! –la urgió Adeline
Anna asintió, inspiró profundamente y comenzó a teclear, Dante, sin embargo, fue más rápido que ella.
Dante:
» ¿Debería agradecerle a mi herman