Capítulo X
Maximiliano Sandoval
La mirada de Camila me atraviesa como un filo; todo lo que creí perdido, regresa en un instante. La veo y mi corazón se estremece. Cada recuerdo, cada palabra de mi madre, cada dolor del pasado golpea de nuevo. Su aura es distinta… no es la Camila que conocía. Esta Camila es más fuerte, más decidida. Y a su lado… mis hijos. No puede ser… son míos.
—Tenemos que hablar —me dice, con voz firme, mirándome directamente—. Privado.
Los niños nos observan en silencio. Camila gira apenas el rostro y hace una seña.
Asiento en silencio, con la garganta seca y el corazón golpeando en mi pecho.
Camila gira apenas el rostro y hace una seña.
—Dalia, por favor, quédate con ellos un momento —le pide con una genuina sonrisa.
Dalia asiente de inmediato y se acerca para tomar de la mano a los pequeños, llevándolos a un costado. Los niños obedecen confiados, sin entender la tensión que flota en el aire.
Nos alejamos unos pasos, dejando atrás a los invitados. La tensión me ap