Capítulo XCVII
Rafael
Estoy en la empresa de Maximiliano para hablar sobre la compra de acciones. Le prometí a mi bonita que le ayudaría con el problema de la empresa, y eso haré.
Me acerco a la recepcionista para que me anuncie con Maximiliano, ya que le envié un mensaje avisándole que vendría a hablar con él.
La veo tomar el teléfono; tarda un segundo, cuelga y me da las indicaciones para llegar a la oficina de Maximiliano.
Subo al elevador y marco el piso correspondiente.
Al llegar, la asistente me mira y sonríe.
—Puede pasar —me dice.
Le agradezco con un gesto, me acerco a la puerta y toco suavemente.
—Pasa —responde la voz de Maximiliano desde dentro.
Entro, y él me recibe con una sonrisa mientras me indica que me acerque a su escritorio.
—Hola, cuñado —saludo mientras me acomodo en la silla frente a él.
—Hola —responde—. Dime, ¿de qué quieres platicar conmigo? ¿Clarissa está bien?
—Sí, sí —asiento, sonriendo ligeramente—. Mi bonita está muy bien.
Maximiliano asiente con una leve