Llegamos a la enorme casa y subieron mis maletas al dormitorio de Arthur. Milly me dijo que, por la hora, dejara todo en las maletas. Al día siguiente ella me ayudaría a desempacar y a ordenar todo. Le agradecí con un abrazo y le di las buenas noches. Estaba agotada físicamente. Subí la escalera y fui hacia la habitación de Arthur, quien venía saliendo del enorme armario que tenía. Había dejado mis maletas ahí.
—Son las doce de la noche, acostémonos y mañana Milly te ayudará a desempacar.
—Sí, estoy muerta, hoy ha sido agotador— Le dije, mientras me tiraba boca abajo sobre la cama de Arthur, exagerando mi reacción.
—No seas dramática, Ivanna— Se carcajeó. Se tiró a mi lado y apoyó la cabeza en su mano y con la otra acarició mi espalda con suavidad.
—Debes colocarte pijama, no te vayas a quedar dormida con ropa.
—Prefiero dormir sin nada de ropa, no tengo fuerzas para levantarme y buscar en la maleta,
—Bueno, no me molesta que duermas desnuda, puedes hacerlo todas las noches si quieres