Estimadas lectoras y lectores Ana y Héctor van a casa a disfrutar de sus hijas y de una nueva vida en pareja, una pareja real.
Particularmente le agarré amor a Mochitlán y mi casita ahí, es la mejor, no necesito más, pero sí creo que para las niñas, sería una excelente experiencia vivir cerca del mar, a ellas les encanta… - dice y sé que con ello tengo carta abierta para poder buscar un hogar un poco más amplio a la orilla del mar.- Tú tranquila, déjamelo a mí, ya buscaré algunas opciones y cuando las tenga te las enseño y tu escoges la casa o buscamos juntos… - digo y sé que apenas y nos va a dar tiempo.En casa con Jude y Paz, casi siempre tenemos la agenda apretada al menos hasta las 11:00 pm.Siendo sinceros, independientemente de que en puebla estuvimos desvelándonos, por otras cosas, Ana y yo disfrutamos de unas buenas noches de descansos largos.Casi todo el día podíamos descansar, platicar y hacer varias cosas que no podremos hacer en casa, pero bien vale la pena, porque muero de ganas por abrazar a mis niñas.Tras casi 5 horas de viaje, finalmente llegamos al pueblo. Los policías me miran y saben qu
Luego de ello, aseguramos a cada niña al asiento, por primera vez veo que Ana se sienta en el asiento del copiloto y eso me hace hablar...- Tu normalmente viajas atrás. – digo recordando que ella siempre se sentaba ahí para cuidar a las niñas de cualquier accidente, incluyendo helados derretidos.- Bueno, pues hoy quise subirme a tu lado. - dijo Ana, y aquellas palabras llenaron mi corazón.- ¡Mamita! ¡Papito! ¿Nos van a hacer nuestra tarde de playa? – preguntó Paz con suma inocencia.Sé que ambos veníamos exhaustos, pero una promesa era una promesa y soy un hombre de palabra, así que…- ¡Claro, mis amores! Prepárense que vamos a tener una larga tarde de playa… - digo y sé que nuestras vacaciones terminaron.En el auto las risas y las historias no acaban, minutos después ya estamos entrando a casa.- ¡Ey! ¡Ey! Esas maletas no va a llegar solas a su habitación… - digo con un tono que no acepta un no como respuesta.- Papá, tu eres fuerte y las puedes bajar… Además, recuerda que nos de
--- Alexander Müller ---Mientras miro por el ventanal, analizo cómo van resultando las cosas. Es más que obvio que Mauro está nervioso, es evidente que poco a poco se está dando cuenta de que algo no anda bien, algo en su plan no está resultando como él lo planeó.Ya ha pasado un mes desde que regresamos de México, a toda la familia les dije que Dominik había tenido una gran crisis de ansiedad, palabras más, palabras menos, eso resumió lo que se vivió en esos días.Al menos en Nueva York y las oficinas, las cosas han cambiado obviamente, Mauro se la quería pasar como chicle pegado a Dominik, pero antes de que pudiera inventarse algún pretexto, yo, ya me le había adelantado a cualquier idea que se le ocurriera.Antes de que Mauro o Elena salieran con alguna idiotez, yo ya había encontrado un lugar de confianza en donde pudiese estar Dominik para desintoxicarse y tratarse.Luego de que regresamos, la familia se reunió y hablamos sobre la situación actual de Dominik, por lo que quedó c
--- Alexander Müller ---Antes de que las cosas se comenzaran a mover, entré en la casa donde Elena y mi hermano vivían, la maldita mujer vivía como reina y ahora no sale de la casa de mis padres.Cuando entraron, sustituyeron las pastillas que había ahí, por las correctas, así que ella sigue pensando que todo va muy bien.Sé que todo parecerá confuso, pero es la única manera de hacer que este maldito pague todo el daño que le ha hecho a mi hermano.Por mi parte, desde que regresé de México, mi madre insiste en que mi padre quiere verme, y yo, sinceramente, me siento enojado y no quiero verlo. Toda su maldita vida se la ha pasado bajo las faldas de mi madre y jamás ha podido tomar una decisión consiente de lo que hace, siempre deja que todo se mueva de acuerdo con las expectativas de ella.- Señor… ¿Ya no necesita nada más de mi parte? – me pregunta Bett mi asistente aquí en la oficina.- No Bett, ya puedes irte… - digo y ella se acerca a mí con cautela.- Señor… Hay algo que me gust
--- Alexander Müller ---Al salir del bar, solo puedo pensar en que mis sospechas van en aumento, mi madre y Mauro deben tener algo que ver.- ¿A dónde quiere que lo lleve, señor? – me pregunta Simon con mucha tranquilidad.- ¿Vamos a ver a Dominik? Quisiera ver a mi hermano por un rato… - digo luego de un largo día de trabajo.- Bien, señor… ¿Oiga? - me pregunta Simon con precaución.- Dime…- ¿Sabe qué va a hacer con la información que conseguimos?- No, Simon, no tengo ni una idea… ¿Sabes? Me siento cansado… Jamás imaginé que regresar a Nueva York luego de tantos años fuese agotador.- ¡Tranquilo, jefe! Usted está haciendo lo que se puede, ya solo nos faltan los resultados de todas las pastillas que recogimos en casa de su hermano…La pregunta para usted es: ¿Qué hará con aquello?- ¿Qué voy a hacer? Aún no tengo ni una puta idea, lo único que sí te puedo asegurar es que no creo que sea agradable para Mauro.- Bien, pues solo tenga cuidado, jefe, no podemos confiar en nadie, ahora
--- Ana Teyssier ---- ¡Eres una idiota! ¡Eres una estúpida! ¡Siempre lo has sido! ¡Volviste a caer Ana! ¡Lo volviste a hacer! ¡Tú sabías bien lo que sucedería! – Me digo frente al espejo hecha un mar de lágrimas.Cada bofetada que me doy a mí misma, me duele, pero más me duele el corazón, me duele lo que soy, si porque he de reconocerlo, ¡Soy una completa idiota! Esta historia ya me la conozco, esta historia ya me la sé, primero son 3 fabulosos meses y luego adiós. Diego Sánchez nunca me amo y nunca me amará, nunca lo hará como yo.- Ana, ¿Cómo pudiste caer? Mírate, ya tienes 25 años, ya deberías aprender, Diego nunca se quedará contigo, esas malditas fantasías que te haces en tu torpe cabeza, solo son eso, puras y meras fantasías, llevas 7 malditos años soñando con un amor que nunca llegó, llevas 7 largos años esperando un amor que nunca funcionó. – Me digo mientras me lastimo mis brazos, cada arañazo que me doy me duele, pero me hace sentir mejor.De haber sabido hace 7 años que mi
--- Ana Teyssier ---Luego de casi un mes en el que trate de mantenerme firme y no entrar a revisar sus redes sociales, algo dentro de mí, mi lado menos cuerdo dijo:- “Ana, entra, ve lo que está haciendo”Seguramente lo que mi cabeza pretendía, o más bien lo que mi corazón buscaba, era algún indicio de que él me extrañaba tanto como yo; sin embargo, fue todo lo contrario, él había subido fotografías, múltiples fotografías con ella.Aquella rubia de largas piernas, cuerpo de modelo y pechos voluminosos, siempre lo supe, ella nunca se fue, ella nunca salió de su vida. Tal como a los 18 años, ahí estaba, ahí estaba esa rubia angelical, aquella chica llamada Casandra Riva, tan bella, tan presentable, tan hermosa, tan perfecta.Mi corazón se rompió, una cosa era sospechar que me había visto la cara, una y otra vez, como cuando teníamos 18 años y otra, era que lo confirmara. ¿Dónde habían quedado las promesas de una vida feliz? ¿Dónde había quedado el plan de vida juntos? ¿Dónde?Aquella ch
--- Ana Teyssier ---— ¿Ana Isabela Teyssier? – Escucho la voz de una mujer.— ¡Sí! ¡Soy yo! — Respondo, levantándome del asiento para entrar al consultorio.— ¡Pasa, querida, pasa! — Dijo la mujer frente a mí.Entro y observo un consultorio lleno de plantas, lo cual me parecía un poco extraño, pero supongo que así son estos lugares donde pagas para que te escuchen.Luego de la gran humillación que me permití vivir, mi madre habló seriamente conmigo, me pidió encarecidamente que buscara ayuda o ella misma lo haría por mí. Sé que para mi madre verme así, le duele y lo menos que trato es de notificarla, por esa razón, tal vez nunca le contaré todo. ¿Cómo le dices a tu madre que lo que ella nunca permitió, tú sí?He sido pisoteada, humillada y muchas otras cosas más, según yo, en nombre del amor, uno en donde soy yo, el lado que más amó…Cuando mi madre me vio en casa de Diego, supe que había tocado fondo, aún recuerdo que solo cogí la mano de mi madre y decidí que, desde ese día, haría t