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Céline abrochó el último botón de la blusa marfil frente al espejo del vestidor. El tono claro realzaba la firmeza de sus hombros, el contorno definido de su rostro, y esa mirada que volvía a parecer la suya: atenta, precisa… viva.
Solo se vestía así cuando iba a cerrar un gran trato.
El pantalón de talle alto, la chaqueta ajustada a la cintura, los labios en tono nude, el perfume sutil que apenas dejaba rastro. Todo estaba en su sitio. Pero lo más importante era eso, que el espejo no podía registrar: el modo en que respiraba. Sin ansiedad. Sin duda. Sin urgencia.
Habían pasado nueve meses desde que decidió volver a Altura Valtieri.
Volvió con una tarea de terapia en mente, hacer algo que no habia tenido la oportunidad antes y desde entonces, CéVive tomó forma. La marca creció como lo hacía ella: sin escándalo, sin espectáculo. Solo trabajo. Solo verdad.
Matthias fue más que un socio silencioso. Llevaba café en termos reutilizables, señalaba detalles en los empaques con precisión c