«Intenté de todas las formas, pero nada.
 No puedo.
 No saber qué están hablando.
 Así que me arriesgué y abrí la puerta de la forma más silenciosa posible.
 Y ahhhh… lo hubiera hecho antes».
—Dante, ella es virgen, ¿lo entiendes?
 «¿Quéeeeeeeeeeeee? ¿Cómo queeee? ¡Espera, qué!
 ¿Por qué mi tío cree saber eso?»
—Sabes que te quiero mucho,
 pero tienes gustos muy específicos —lo dijo de forma molesta—.
 Ella nunca ha tenido una pareja.
«Ok… entiendo por qué puede creer eso».
—Estás malinterpretando las cosas, Mattia.
 Entre ella y yo no pasa nada.
«Uy… eso dolió un poquito.
 Y poquito es decir mucho».
—No me mientas, Dante, no lo hagas.
 Prefiero que vengas con la verdad y actuar desde ahí.
 Sé que entre ustedes pasan cosas.
 Lo noté desde que se vieron la primera vez.
«¿Cómo?
 ¿Qué pasó el primer día?
 ¿Por qué mi tío sabe más cosas de mí que yo?»
—Pero no es ni el tiempo, ni el momento, ni son las personas.
 Tú quieres cosas que Aurora quizás nunca te pueda dar.
 Y la verdad tampoco c