—llegue a la casa, me tome algo para el dolor, mientras me alistaba para irme a dormir, Dante me llamo, no le conteste, el agotamiento era demasiado para hablar, le mande un mensaje diciendo que estaba bien, que hablarías mañana, me acosté a dormir.
Me desperté por el sonido de la puerta asustada, alguien estaba casi tirando la puerta, me levanté rápido y abrí, era mi tío, muy, muy molesto.
—¿Pasa algo?
—Eso pregunto yo— Entro y tiro la puerta «menos mal, ya se me paso el dolor de cabeza»— ¿Qué hacía Dante hace dos noches en esta casa y porque se quedó a dormir aquí?
Lo miré asombrada, ¿me está regañando?
—Responde Aurora, ¿por qué Dante durmió aquí?
—Buenos días, tío, ¿cómo estás?, como amaneciste, ¿dime quieres un café?-le señale la mesa— quieres sentarte a desayunar, me demoraré un poco, por qué me acabo de despertar, pero que te parece, si te subes unos panecillos ricos mientras yo me baño y tú te calmas.
—¿Me estás pidiendo calma?— dijo en lugar de responder.
—Sí, tío, siento qu