CAPÍTULO 31: LA BODA DEL ALFA
Hazel
Dos semanas después…
La luna llena cuelga sobre nosotros como una burla cruel, bañando todo con su luz plateada mientras el aire se llena de murmullos y risas. Los lobos se reúnen en círculos perfectos, y yo estoy aquí, atrapada en este momento que preferiría arrancar de mi memoria.
Me ajusto el vestido verde esmeralda que Kara escogió para mí, uno que se ajusta perfectamente a mi creciente vientre y que, según ella, me hace "encajar" en la ceremonia. También me obligó a llevar los anillos. “Qué conveniente”, pensé mientras me los daba, con una sonrisa que casi parecía genuina, aunque no podía disimular la chispa de crueldad en sus ojos.
Estoy de pie junto a ella, demasiado cerca para mi comodidad, con los anillos en la palma de mi mano sudorosa. Erik está frente a ella, con su postura imponente y su expresión cerrada. No me mira. Ni una sola vez.
El maestro de ceremonias empieza a hablar, recitando palabras solemnes sobre el honor y la unión, mientr