CAPÍTULO 30: LA ÚLTIMA REVISIÓN
Hazel
No puedo soportarlo más. Llevo días fingiendo que me siento mal, inventando excusas para evitar verlo, para esquivar el calor abrasador de su mirada y el peso insoportable de lo que sé que está por venir. Pero las excusas solo son parches en un barco que se hunde. La verdad es que no puedo soportar la idea de que se va a casar con ella. Kara. La futura Luna.
No puedo soportar que él me haya prometido como si yo fuera un trasto viejo que ya no necesita, como si mi existencia solo tuviera valor mientras llevo a su cachorro dentro.
Y las miradas de Kara... ¡Dios!, esas miradas. Burlonas, triunfantes, como si cada paso que doy fuera un recordatorio de que ella ha ganado. Sin embargo, lo que más me desconcierta es cómo ha cambiado su actitud estos días. Está extrañamente amable, casi cortés, incluso cuando no hay nadie más cerca para verlo. Y eso no me tranquiliza en absoluto. No confío en ella. Ese cambio es una señal. Algo está tramando, algo que seg