Capítulo 98. “Duerme conmigo”
—Ramiro, detente. Mírame —dijo Aura, separándose apenas unos centímetros, aunque sus manos seguían aferradas a sus hombros—. Estás sangrando. Tienes que dejar que te atienda esa herida ahora mismo.
Ramiro jadeaba, con la frente apoyada contra la de ella. El agua de la lluvia les corría por el rostro como lágrimas, pero sus ojos estaban encendidos.
— No es nada, Aura... es solo un esfuerzo —logró decir él con la voz rota—. No quiero soltarte. Siento que si me muevo de aquí, todo esto va a desaparecer.
— No me voy a ir a ninguna parte, te lo prometo —respondió ella, suavizando el tono pero manteniendo la firmeza—. Pero si te desmayas aquí, en medio de una calle lateral, no podré ayudarte. Tenemos que movernos. Los periodistas volverán a buscarnos en cuanto escampe un poco.
Ramiro miró a su alrededor, procesando la realidad. Estaban empapados, tiritando y el costado le pulsaba con una intensidad que empezaba a nublarle la vista.
— Tienes razón —asintió él, apretando los dientes—. Mi depa