Capítulo 97. El refugio de la tormenta.
Justo cuando Ramiro señalaba una opción en la carta y Aura se reía de uno de sus comentarios, el ambiente cálido del restaurante se rompió con un destello blanco y cegador.
¡Flash!
Ramiro reaccionó por puro instinto, entornando los ojos y poniéndose rígido. Un hombre con una cámara profesional se había plantado a escasos metros de su mesa. Antes de que pudieran procesarlo, el periodista disparó otra ráfaga de fotos.
Ramiro se levantó de inmediato, interponiendo su cuerpo entre la cámara y Aura. Su voz sonó gélida. — Por favor, respete nuestra privacidad. Estamos en una cena personal —dijo, manteniendo la calma pero con la mirada cargada de advertencia.
Sin embargo, el primer periodista solo fue la señal para los demás. Como si hubieran estado acechando en las sombras del canal, aparecieron dos, luego tres más. El restaurante, antes silencioso, se llenó de voces superpuestas y más destellos.
— ¡Ramiro! ¡Una declaración sobre la victoria! — ¿Es cierto que Adriana y tú van a contrate mat