— ¡Freya! ¡Freya! — entró dando un portazo — ¿Freya está aquí? — recorrió el lugar ignorando a Andrew que trabajaba en unos documentos sentado en uno de los sofás de su sala. Abrió todas las puertas como si en alguna de ellas la fuese a encontrar escondiéndose.
— ¿Axel? ¡Axel! ¿Estás bien? ¿Qué pasó? ¿Dónde está Freya?— No lo sé ¡Mierda! Pensé que estaría aquí — le empezó a faltar el aire — ¡Mierda! ¡Mierda! — gruñó— ¿Cómo que no lo sabes? ¿No está en el hospital?— Le dieron de alta en el hospital — jadeó, mesando sus cabellos, desesperado, no sentía como si le pudiese dar un ataque cardiaco porque últimamente no s