Narra Romina
Qué vida tan aburrida tengo, casi no salgo, mi madre me ha estado vigilando desde que intenté ver a Julián, incluso contrató a un tipo mucho peor que su amante y de verdad que no me gusta en lo absoluto.
Bueno, al menos no me ha quitado mi teléfono movil, sin embargo, lo he revisado y nada que me responde a mis mensajes, ni siquiera se marcan como leídos.
¿Será que no quiere ayudarme? O ¿Qué no quiera saber más de mí?
Y no lo culparía, todo gracias a mi madre.
—Cámbiate. Iremos a cenar. —Dice mi madre interrumpiendo mis pensamientos.
Como me molesta que entre a mi habitación sin anunciarse primero.
Me levanto de mala gana de mi cama y voy hacia mi vestidor y me pongo un vestido sencillo, aunque…
Al mirarme al espejo puedo ver que se nota aun mas mi embarazo, uno que me niego a ocultar. No entiendo el por qué no quiere que nadie se entere, y principalmente Dante, él su padre y tiene todo el derecho de saberlo.
—¡Apúrate! —Me grita y yo suelto el aire que estaba reteniendo.