RominaEstaba tan concentrada en la mirada de este hombre frente a mí, siento que esos ojos se me hacen conocidos, pero ¿de dónde? hasta que alguien carraspea sacándome de mis pensamientos.Sintiendo que Dante posa su mano en mi cintura pegándome a su cuerpo. ¿Por qué lo hizo? Se supone que me odia.¡Cierto!Es sólo que no me lo esperaba. Se siente… no sé cómo explicarlo.—Te dejamos. —Dice Dante con un poco de frialdad, algo que no pasó desapercibido para Jean Carlo.Asiente sin dejar de mirarme, ni de sonreír, algo que me incomoda un poco.Caminamos por el salón tomados de las manos, algunos hombres no dejan de verme con curiosidad, así como mujeres miran a mi esposo con sonrisas coquetas, las cuales les corresponde. Quisiera bufar, pero me abstengo de hacerlo.Nos detenemos con unas parejas, muy elegantes, por cierto.—Buenas noches. —Dante saluda con amabilidad, mientras suelta mi mano.—Dante, querido, es bueno verte nuevamente. —Dice una rubia despampánate y hermo
Ler mais