Narra Julián
Después de salir del restaurante, me dirigí a la casa de Claudia, ella debería de darme las respuestas que necesito. En cuanto Romina me dijo de los mensajes, y al ver mi movil, no había nada.
¿Qué pasó? Sólo se me ocurre una persona…
Claudia.
Pero ¿Por qué? Se supone que ella es mi mejor amiga. No lo entiendo.
Después de una hora de estar manejando, llego a su casa y suelto todo el aire que estaba reteniendo durante este tiempo.
Bajo de mi carro y camino, hasta llegar a la puerta.
—Tranquilo, Julián, no hagas nada.
Toco el timbre y escucho su voz y sus pasos.
Sólo vengo a aclarar esto y me voy.
Abre la puerta y sus ojos brillan al mirarme.
—¿Julián? ¿Qué haces aquí? —Pero no deja su sorpresa de mi visita.
—Vine a hablar contigo. —Soy un poco directo, aunque no le diga del todo de mi visita.
—Pasa, no te quedes ahí. —Me da paso y yo entro. Huele delicioso. Seguramente estaba esperando a alguien.
—¿Tendrás visitas? —No pude evitar la pregunta.
—No realmente. Pero ¿te gusta