Nolan.
Las velas iluminaban la mesa con un resplandor brillante y cálido a la vez, proyectando sombras ligeras sobre la madera pulida. Los planetas se habían alineado para mí, tenía ese presentimiento: la cena servida, el ambiente silencioso, la privacidad asegurada gracias a Kael.
No había vuelta atrás.
Él me ayudó a prepararlo todo y sorprender a Nuria.
Esperé en el comedor, repasando mentalmente las palabras que quería decir.
No podía arruinar esto.
—Nuria… T-tengo que decirte algo muy importante que cambiará el rumbo de nuestra relación —Tragué saliva y me enredé con mis propias palabras, incluso leyendo un papel.
¿Por qué me ponía tan nervioso? Ni siquiera la tenía en frente todavía.
Vi su silla vacía, siendo dominado por el miedo. La inseguridad que nunca tuve, me invadió por primera vez de una forma salvaje.
¿Y si ya no quería nada conmigo? ¿Se arrepintió?
—Maldición… —Chasqueé los dientes.
Miré de nuevo la hoja de papel en mis manos con lo que escribí para ella. No ha