C61 - Mi bebita...
Mientras tanto, Penélope corría hacia el hospital, que estaba sorprendentemente cerca. Su corazón latía con fuerza, y la ansiedad la consumía mientras veía a los médicos moverse de un lado a otro. Sin embargo, al no tener voz, no sabía cómo explicar la gravedad de la situación. La desesperación la envolvía mientras se acercaba a la entrada.
“¡Por favor, ayúdenme!” pensaba, haciendo gestos con las manos, pero nadie parecía entenderla. Sin embargo, igual atendieron a la niña.
En ese momento, Gael llegó detrás de ella, y al ver su expresión de terror, se acercó rápidamente.
— ¿Qué pasa, Penélope? — preguntó, sintiendo cómo la preocupación comenzaba a invadirlo.
— ¡La niña! — logró articularla con gestos, señalando hacia la puerta. No logré explicar que tenía.
Gael miró a Penélope, comprendiendo la urgencia.
— Calma, Penélope — dijo con voz suave —. Van a salvarla.
De repente, los ojos de Penélope se aguaron y, con lenguaje de señas, le dijo que tenía miedo. Gael solo pudo asentir, sint