99. ¡Papá… Alexander… lo mató!
La ausencia de su padre era un nudo insoportable en el estómago de Rowan, un peso que cada minuto se hacía más pesado. A pesar de la estricta advertencia de mantenerse alejado, la necesidad de verlo era más fuerte que cualquier prohibición. Salió de su habitación con la cautela de un ladrón y corrió por el pasillo hacia la enfermería. Sabía que Damián no le haría daño, ¿verdad?
— ¡Papá! — lo llamó, empujando la puerta de la enfermería para entrar. Se quedó paralizado al ver a su padre inclinado sobre Evelyn, susurrándole algo al oído que Rowan no alcanzó a oír.
— ¿Tú… qué haces aquí? — La voz de Damián era un gruñido bajo, la sorpresa y la ira parecían mezclarse mientras sus ojos se clavaban en el niño.
— Quería verte… — murmuró Rowan con el corazón encogido al ver a Evelyn acariciar el rostro de su padre.— ¿Por qué me odias? Dijiste que serías mi papá… y ahora me odias.
— ¡Porque eres un bastardo! — espetó Evelyn, avanzando hacia él como una serpiente que usa sus palabras como venen