Regresé a la fiesta y lo primero que vi fue a Liam fuera de combate sobre el suelo. Roncaba ruidosamente a pesar de que nuestros lobos bailaban y reían en círculos a su al rededor.
En vez de regañarlos, me uní a ellos y juntos apostamos por cuándo se levantaría y qué tanto le dolería la cabeza.
Fue una larga y divertida noche.
En algún momento el lobo blanco se marchó sin despedirse y los chicos se tambaleaban por el lugar.
-Patético. - Susurró Danira. - Me voy a la cama, me obligaron a venir de todas formas.
La observé marcharse.
No engañaba a nadie, ella también se divirtió porque no era un peso ligero con el alcohol.
Marissa y los cachorros se retiraron más temprano después de liberar a las luciérnagas que habían atrapado para hacer que el arco de la ceremonia tuviera luces. Ingenioso.
Así fue como yo sola tuve que arrastrar a mi pareja hasta la entrada de la cueva para subir la montaña.
-Un segundo. - Dijo él antes de soltarme y correr hasta el arbusto cercano.
-Ah, cómo cambian l