Capítulo extra. Gail Parte III. Final.
Después de casi un año con mis nuevos compañeros de manada, ya podía distinguirlos por su pelaje y por su tamaño.
El Alfa Supremo no se andaba con rodeos y escogía a machos grandes para su manada, al parecer. Claro, nadie era tan grande como él, pero nosotros éramos simples lobos comunes.
Me tomé un momento para respirar antes de unirme al combate sin perder de vista al lobo que me hizo el "pequeño" interrogatorio. En mi experiencia con los Renegados, normalmente el que hablaba más tenía algún tipo de "rango" importante dentro del grupo.
Quizá fuera escogido solo por la fuerza ya que dudaba de su inteligencia. ¿Qué tipo con un cargo alto guiaba a un montón de lobos tras un solo lobo que claramente los estaba provocando? ¿Acaso no pensó que podría ser una trampa? El colmo de la estupidez fue seguirme durante horas.
Como sea, me beneficiaba la incompetencia del tipo.
La sangre y los gruñidos de dolor comenzaron a resonar en la zona del bosque.
Me lancé contra un lobo que estaba a