Capítulo 113.
A la mañana siguiente me despertaron un par de maldiciones y gruñidos. Abrí los ojos y me encontré con la mirada divertida del Alfa Supremo.
Se encontraba sentado en la silla del pequeño comedor con los pies y brazos cruzados.
Bostecé un poco.
-¿Es hora de irnos?
-Si. - Me observó salir de la cama y sentarme en la silla frente a él. - ¿De verdad escogiste flores diferentes para todos?
-Ah, eso. - Dije encogiéndome de hombros.- Tal vez... o tal vez solo no sé dibujar muy bien y esa solo es la misma flor.
Se echó a reír y se levantó para acercarse a mí.
Tocó suavemente mi mejilla.
-Me gustas. Vamos, te he esperado para ir a desayunar y que puedas observar tu obra. Después tenemos que irnos a investigar algunos puntos en el mapa.
-... Si, Alfa. - Dije a su espalda mientras se alejaba.
Quizá no había escuchado bien ya que él actuaba malditamente tranquilo mientras yo era una maraña de emociones adolescentes.
Sacudí mi cabeza y decidí que lo mejor era solo fluir.