RELATO DE AUTOR.
Kiran ingresó violentamente a su lujosa habitación en la mansión familiar mientras presionaba sus dientes y puños con una furia incontenible, estrelló estos últimos contra la pared una y otra vez hasta que sus nudillos sangraron.
La rabia lo consumía como un fuego abrasador que amenazaba con destruir todo a su paso.
El recuerdo tortuoso y vivido de ella en ese helicóptero besándose con ese misterioso hombre lo perturbaba, hiriendo brutalmente su orgullo y su corazón.
Maldita sea, le ardía intensamente el alma cada vez que traía involuntariamente a su memoria esos recuerdos que se repetían como una película interminable.
En su mente perturbada, deseaba desesperadamente poder encontrarla pronto, y hacer sufrir delante de ella al individuo que se atrevió a tocarla y arrebatársela.
No entendía en absoluto, no lograba comprender racionalmente cómo es que Leyla, podía besarse tan descarada y abiertamente con alguien más, faltando a las leyes de su religión.
La pregunta