POV DE LEYLA.

Fuego y candela ardiente es lo que siento al momento que la palma de mi mano toca su piel bronceada y cálida.

La boca se me seca como un desierto, me atraganto torpemente con la propia respiración entrecortada, y siento que voy a perder la cordura cuando su rostro masculino se acerca peligrosamente al mío, dejándome sin aliento y con el corazón latiendo desbocadamente contra mi pecho.

—Para… curarse apropiadamente y evitar una infección, se debe lavar la herida con agua tibia y jabón antiséptico… —logro articular.

—¿Eso lo hago solo y por mi cuenta, o debo ingresar a la ducha acompañado de la hermosa enfermera para asegurar una limpieza adecuada? —dice con voz ronca y seductora.

Mis labios sienten intensas cosquillas cuando su respiración cálida y mentolada cae sobre ellos, y por un milésimo de segundos reacciono cuando pienso que de nuevo va a besarme.

Me alejo bruscamente, soltando su mano grande y fuerte, me giro en dirección a la puerta de madera sintiendo su mirad