Capítulo 88. Una mujer de armas tomar.

Los días fueron pasando y Nicol cada día se desesperaba más. La angustia comenzó a aumentar cada vez, porque no había sabido nada de Enzo, había pasado más de una semana y no había habido ni una sola noticia. Nicol sabía que algo estaba mal, pero no sabía qué.

Por su parte, los niños también lo estaban extrañando hasta el pequeño bebé, lloraba continuamente y debía ponerle una ropa de Enzo, para lograr calmarlo.

Nicol sabía que no podía quedarse en la casa de los Ferrari para siempre, a pesar de que ellos se habían portado servicialmente con ella, hasta una amplia cabaña terminaron prestándole para vivir dentro de su propiedad para que se sintiera cómoda, con cuatro habitaciones, una cocina, comedor, sala y una sala de estar, Ziola y su madre se habían ido con ella, sin embargo, necesitaba estar en su casa, y para ella esa era casa de Roma de Enzo, porque sabía que no podía ir al castillo, porque estaría vulnerable.

—Yo necesito hacer algo, no puedo quedarme cruzada de brazos. Necesit
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo