Tengo que librarme de Amarán.
POV Leonard
No podía dormir con la imagen de su rostro en mi mente… que seguía allí, fijada; como una sombra que no se borra. Me pasé gran parte de la noche caminando de un extremo a otro, con el peso del error hundiéndome los hombros. Aún podía sentir el calor de sus labios en los míos, la sorpresa en sus ojos, la tensión en su respiración. Fue un impulso, un desliz nacido del enojo, del orgullo… o de algo que prefiero no nombrar.
No sé en qué momento me incliné. Fue como si el silencio del bosque me empujara, como si todas las palabras no dichas me hubieran explotado en el pecho. Y luego… el beso, corto, torpe… Prohibido.
Apoyé las manos en el borde del escritorio de mi habitación y bajé la cabeza.
—¿Qué has hecho, Leonard?— murmuré entre dientes.
Era absurdo. Ella era mi prometida por deber, una farsa política que debía mantener el equilibrio del reino. No había afecto entre nosotros. No debía haberlo. Y, sin embargo, esa mínima cercanía me había trastornado.
La vela a medio consum