La boda es un hecho.
POV Leonard
Desde el amanecer la tengo en la mente. No he podido apartarla, aunque lo he intentado más de lo que me atrevo a admitir.
Ese beso... No debí hacerlo. No era parte del plan. No tenía sentido, y, sin embargo, lo hice.
Cada vez que cierro los ojos, vuelvo a sentirla. El temblor de su respiración, el calor de su piel bajo mis dedos, el leve movimiento de sus labios que no se resistieron. Y eso es lo que más me atormenta. No se resistió.
Por un instante, juraría que me correspondió.
Camino por el corredor que da al jardín, fingiendo que observo el paisaje, pero en realidad la busco. La encuentro enseguida. Está de pie junto a los rosales, con un libro entre las manos, tan ajena a todo que parece parte del aire mismo.
El sol cae sobre su cabello, dorado como si lo hubiese robado del amanecer, y el viento juega con los mechones sueltos que enmarcan su rostro.
Es… hermosa. No de esa belleza vacía que todos alaban en la corte, sino de la que atrapa sin querer. Tiene la piel tan pá