Mientras tanto, Alessandro se encontraba en una reunión crucial en su oficina. Su mente estaba centrada en las importaciones que llegaban desde China en los próximos días. No podía permitir que las familias rivales se entrometieran y se apoderaran del cargamento. Era un juego peligroso, pero siempre estaba preparado para todo.
Aun así, algo más le preocupaba. Anabella. Sabía que ella estaba tomando cada vez más poder dentro de la Familia Rossini, y que no se detenía ante nada para conseguir lo que quería. Si algo le podía arruinar la vida, era ella, y Alessandro lo sabía.
Justo cuando su mente se centraba en estas preocupaciones, su teléfono vibró. El mensaje de Anabella apareció en la pantalla, como una señal de que ella no lo dejaría en paz. Alessandro desbloqueó su teléfono y leyó con rapidez:
"Querido Alessandro, el hombre de los mil secretos. Hoy he podido develar uno de ellos, y creo que es el que más me ha gustado. Así que te has casado con tu joven esposa solo para heredar la