MARCELLO
Estamos contra la pared mientras planeamos el asesinato de Franco Di Luca. A medida que se acerca el día, mi irritación y ansiedad aumentan. Solo tengo una oportunidad para lograrlo y, si fallo, soy yo quien deberá pagar el precio máximo.
Estoy en mi oficina hojeando los mismos expedientes por undécima vez cuando suena mi teléfono del trabajo. Supongo que será Charlie con más detalles, aunque no estoy seguro de cuánto más necesitamos saber a estas alturas. Supongo que más información no vendría mal, y en cualquier caso, necesito repasar algunos datos existentes con él.
Cuando descuelgo, me sorprende porque estoy seguro de oír la voz de Keily.
—¿Hola? ¿Keily? —pregunta la voz. Suena un poco más aguda de lo habitual, pero su timbre es tan similar que me quedo demasiado desconcertado para contestar de inmediato.
—¿Hola? ¿Me escuchas, cariño? —pregunta la voz de nuevo, con creciente urgencia.
—Eh, hola, habla Marcello —respondo vacilante. No tengo idea de quién es esta persona, p