Gabo la abrazó y le acarició el cabello.
—Debemos decirle, no sé como, pero hay que avisarle —expresó con tristeza—, pero cuando todo pase ellos podrán visitarnos —expuso—. No estés afligida, vas a ver que allá estaremos tranquilos. —Besó su frente.
—Pensemos bien en cómo darle la noticia —sugirió—. Me gustaría que buscaras en qué hospital de allá puedan darle seguimiento a su tratamiento —expresó Pau—. Estoy segura de que estaremos bien. Es solo que estamos muy apegados a Sam, a Óscar y Norita —mencionó—, espero que esto se solucione pronto y volver a casa.
—Cuando estemos allá haremos todo lo que pides, buscaremos el mejor especialista —mencionó—, comprendo tu tristeza, pero no nos vamos a otro planeta o sí —intentó bromear.
Pau carcajeó.
—Perdí mi nave espacial, y no puedo volver a casa. —Sonrió—, prefiero estar en donde tú estés a mi lado —refirió—. Quizás algún día te lleve a conocer mi planeta, por lo pronto me conformo con ser tu marciana favorita. —Suspiró.
Gabo sonrió al