Stefan
De repente, risas provenientes de la sala cortaron el pequeño espectáculo que Morgan estaba montando. Giré la cabeza justo a tiempo para ver a Valentino, Bianca y Nikolai observándonos desde el sofá, los tres con expresiones divertidas y completamente sorprendidas.—¿Qué demonios...? —Nikolai se llevó una mano a la boca para reprimir una carcajada, pero sus ojos verdes brillaban con diversión.—Dios mío, ¿quién diría que la doctora Belmont tenía tanto talento para... esto? —Bianca casi lloraba de la risa, apoyada contra el brazo del sofá mientras Morgan continuaba con su espectáculo improvisado.—Hermano, creo que finalmente la volviste loca. —Valentino comentó con una sonrisa burlona, su tono ácido apenas disfrazando la genuina diversión que le provocaba la escena.—No la volví loca. Ya estaba así. —Respondí con calma, aunque no pude evitar que mi boca se curvara en una sonrisa que no me molesté en ocultar.—¡Oye! —Morgan