Jim se acercó un poco más y le susurró al oído: —Amira, ¿recuerdas el lugar donde se efectuó la subasta? ¿Recuerdas cómo se llama? ¿O si llegaste a ver algo durante el camino, el nombre de una calle o algo parecido? —preguntó con ansiedad.
Amira se secó las lágrimas con el dorso de la mano y respondió: —No Jim, disculpa por no poder ayudarte, pero no sé dónde queda, nunca había estado en ese lugar. Pero escuché a Assim hablar por teléfono y mencionar algo llamado como "El Jety"... No se si sea el nombre de ese horrible lugar.
Jim la interrumpió repentinamente: —¡El Jety! Creo saber dónde es —sus ojos se iluminaron momentáneamente antes de que Assim se acercara.
—Jim, lárgate. Necesito hablar con mi mujer —ordenó Assim frunciendo el ceño con severidad, clavando la mirada hacia Jim.
Mientras Jim se alejaba en su silla de ruedas, Assim se inclinó hacia Amira: —Quería informarte que ya vendieron los órganos de Emilio y su familia...Tú esposo ha ganado mucho dinero el día de hoy —su voz got