Celo.
Agitada y tocando mi vientre despierto, mis ojos están abiertos de par en par, pude recordar una pesadilla y un dolor de cabeza me invade, recordando algo más.
“Tus pesadillas son futuros que, cuando están por hacerse realidad, las empezarás a recordar”.
Tiro mis pies fuera de la cama y sostengo mi cabeza sobre mis manos y acaricio mi vientre. Siento el brazo de Eros envolverme por la cintura y no lucho, pues es en vano.
Estoy desnuda y él besa mi espalda con hambre, mete la mano por mi cabello masajeando mi cabeza
—¿Qué haces enfermo?—Solo escucho el gruñido y trato de voltearme y ver sus ojos, está en celo.
—¡maldición!— gimo molesta mientras él sube sobre mi y me olfatea y muestra sus colmillos.
Su cabello cae sobre su cara y lo echa hacia atrás, toma, toma mi cuello y pasa la lengua larga y áspera por mi mejilla.
—Espera, Vael— pero gruñe y me pega más a su cuerpo. La temperatura no me ayuda en lo absoluto, tengo calor y su cuerpo está muy caliente.
—concéntrate lass, es el cuer