A solas.

Lass baja a desayunar, lo hace con cuidado y se sostiene de un batón que le dejó su papá. Lleva un vestido de flores hasta sus rodillas y un sombrero semejante. Las mangas son algo grandes, pero el escote en sus pechos se deja ver. Su familia, al verla, la elogia diciéndole que se ve muy guapa. Ni Arturo ni Naím ni Kevin estaban, pues los hombres estaban trabajando arduamente, dejando como guarda de la casa a Vael, ya que su turno sería en la noche.

—Hola, familia, hoy no voy a desayunar con ustedes, haré un pícnic en el jardín y cortaré flores para decorar mi habitación, así que supongo que puedo pedir cosas de la cocina— Laila, sonríe y con agrado espeta.

—Lo que guates, yo misma les diré que te preparen todo para un pícnic, así que puedes irte tranquila y, por favor, ten cuidado con tu pie, no te muevas mucho—

—Hija, te dije que me avisarás y te iba a buscar. No quiero que te lastimes el pie, acuérdate que el doctor dijo que tenías que estar tranquila, además podías pedirle a vael
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