JASON
—Veo que la han informado demasiado.
—Una mujer despechada es peligrosa, señor Taylor.
—Tendré que tomar mis recaudos si es el caso —bromeé y asintió—. ¿Podría decirme cual fue la propuesta de Lucila?
—Lucila es perversa. —Sonrió con ganas, negando—. Yo haría lo mismo si estuviera en sus zapatos —me vio con lascivia de pies a cabeza y tragué con sorpresa—. Me pidió hacer una visita de cortesía a Piero y a… ¿Sabrina? —preguntó y afirmé—. Espera que me presente como si nada y finja que entre mi esposo y yo todo sigue igual, para dejar en evidencia que solo se había burlado de esa mujer.
—¿Hará lo que le pidió? —indagué preocupado.
—Dependerá de usted; si tiene una mejor oferta tendré que meditarlo con la almohada —respondió audaz y suspiré.
Lo que le ofrecería era tonto para mí, pero importante para Sabrina y se lo debía. Ya había derramado demasiadas lágrimas por mi causa, como para que después de tantos años, volviera a sufrir por mis errores, porque este problema jamás se hubie