PIERO
—¿Señor Brunelli? —Oí de pronto y regresé de mis recuerdos.
—¿Mi esposa se encuentra bien? —indagué preocupado, abordando al médico que atendió el embarazo y parto de Sabrina.
—Se encuentra estable, pero durmiendo por el largo trabajo que ha tenido que hacer debido a la inesperada sorpresa que hemos tenido.
Todos se acercaron curiosos tras oír las palabras del médico.
—¿A qué se refiere con eso, doctor?
—No sé cómo sucedió y tampoco, cómo pude no darme cuenta. Sin embargo, tendrá que armar otra cuna de bebé, señor Brunelli. —Sacudí la cabeza sin comprender, mientras nuestros amigos sonreían felices.
—¡¿Qué?! —Volví a preguntar.
—¡Qué son gemelos, Piero! —dijo Lucio y se acercó para darme sus felicitaciones con efusividad.
Mi cuerpo se había quedado paralizado, intentando procesar aquella noticia.
—Espero sea una sorpresa deseada. —Volvió a hablar el médico y suspiré.
—¿Son dos? —insistí. El médico afirmó y comencé a sollozar por la emoción—. ¡Son dos!
—En el ultrasonido solo cap