Capítulo 58

La noche caía sobre la ciudad con una suavidad fingida para muchos, como una caricia envenenada. Georgina Esteban caminaba con paso firme por el callejón trasero del club, dejando atrás a su padre, Rogelio, quien continuaba en su derroche de poder y dinero. El aire frío le rozaba el rostro con cada paso, pero no le importaba, ella tenía una misión que cumplir creyéndose indestructible. Su perfume dulce y punzante parecía impregnarse en las paredes a su paso, dejando su marca por todos lados.

Cuando ella marcó un número desconocido en su móvil sin siquiera detenerse. Al otro lado en la línea se escuchó una voz masculina.

— No tengo mucho tiempo que perder contigo, así que será mejor que estés disponible para cuando yo llegue.

La llamada se cortó con la misma frialdad con la que fue hecha y ella siguió caminando sin mirar atrás. Así que después de conducir por un par de minutos, estacionó su auto lujoso frente a un lugar que ella valoraría como una pocilga. Sin embargo, una v