Capítulo 61
La casa Miles estaba vibrando con alegría por todas partes. En esta ocasión no era una fiesta fastuosa ni protocolar como en otras ocasiones tenían, sino que está vez era una celebración íntima, familiar y cálida. El salón principal estaba decorado con luces suaves y arreglos florales elegantes. Además, sobre la gran mesa de madera había platillos caseros preparados por la abuela Nonna y Amatista terminaba su delicioso postre. Además, las pequeñas hermanas de Leone tenían vuelto loco al señor Auguste, quien estaba feliz y hasta Gail estaba allí, subido sobre un banquito improvisado mientras intentaba alcanzar los globos que colgaban del techo.
— ¡Alguien que lo baje o va a volar con los globos! —bromeó Adrián, entrando con dos copas de vino en la mano y una sonrisa relajada.
Irina reía desde el sofá, rodeada por Teresa y el señor Maurizio. Ella llevaba un vestido blanco sencillo, pero se veía resplandeciente. Leone también estaba a su lado, con una mano firme sobre su cin